¿Cómo identificar a un niñ@ con trastorno negativista desafiante?

Este trastorno se trata de uno de los trastornos de comportamiento, que normalmente se diagnostican a temprana edad, los cuales se caracterizan por comportamientos negativos, desobedientes, hostiles, desafiantes, no cooperativos, irritables y de enfado continuo con personas que tienen autoridad sobre ellos. 


Basándonos del concepto de este trastorno, puedo conocer que este trastorno se da en los niños desde muy pequeños y normalmente optan posiciones desafiantes ante cualquier llamado de atención que le haga un adulto, a estos niños les cuesta reconocer las normas y reglas que se le presenta, no debe crearse una alarma cuando estos comportamientos se presentan de manera esporádica, sino al momento que el niño o la niña lo haga de manera constante. (Masson 2003) El TND es característicamente comórbido, ya que se produce junto con o antes de una amplia gama de alteraciones (Costello et al, 2003), incluyendo los trastornos depresivos y de ansiedad (en niñas) Se ha identificado que el TND predice consistentemente la depresión (Copeland et al, 2009; Burke et al, 2010; Burke et al, 2005) y la ansiedad en etapas posteriores de la vida (Maughan et al, 2004). Sorprendentemente, Copeland et al (2009) encontraron que el trastorno negativista desafiante en la infancia predecía la depresión en los adultos jóvenes; la depresión y los trastornos de ansiedad a menudo habían sido precedidos por un TND, pero no por un trastorno de conducta. La relación entre el TND y los problemas emocionales es especialmente desconcertante – se ha propuesto que posiblemente son los aspectos afectivos del TND los que predicen los trastornos emocionales como la ansiedad y la depresión (Burke et al, 2005; Stringaris y Goodman, 2009b.

         

Aspectos del temperamento en la infancia temprana, tales como la irritabilidad, impulsividad, o intensidad de reacción a estímulos negativos, pueden contribuir al desarrollo de un patrón de comportamiento negativista y desafiante. Es posible que el TND sea el resultado de diferentes trayectorias de temperamento, que podrían servir para explicar su comorbilidad. Stringaris et al (2010) demostraron que la comorbilidad entre el TND y los trastornos internalizantes estaba fuertemente asociada a la emocionalidad temprana del temperamento, mientras que un nivel de actividad alto predecía mejor la comorbilidad entre el TND y el TDAH.


Los niños que presentan conductas negativistas son más propensos a tener relaciones problemáticas o disruptivas con sus pares. Frecuentemente estos niños son rechazados por sus compañeros sin problemas, y tienden a relacionarse con niños con problemas de conducta. Parece que la relación entre el rechazo de pares y los síntomas del TND en la infancia es bidireccional, ilustrado en una serie de estudios sobre el acoso escolar (resumidos en Arseneault et al, 2010) Algunos criterios útiles para la evaluación de niños con TND son: a) intentar obtener información de la mayor cantidad de fuentes posibles (padres, niño, educadores); b) evaluar problemas psiquiátricos comórbidos, especialmente TDAH; c) evaluar los factores de riesgo a nivel familiar, escolar y comunitario. Los niños con problemas de conducta disruptiva frecuentemente provienen de ambientes desfavorecidos. Es importante identificar los factores que mantienen o incrementan el comportamiento oposicionista (como el acoso escolar o el rechazo de los pares). Lo mismo sucede con el desempeño en la escuela: un niño con dificultades de lectura o hiperactividad puede ser más propenso a manifestar conductas oposicionistas en la escuela. Se pueden proporcionar herramientas adicionales a las educadoras para promover mejoras del comportamiento en el aula. La teoría del aprendizaje social es clave en este enfoque. Moffitt y Scott (2008) plantean que deben abordarse cuatro dominios primarios de funcionamiento: 

1. Promover la aceptación y adherencia a las reglas del aula y las conductas adecuadas.

2. Apoyar el desarrollo de habilidades de resolución de conflictos.

3. Prevenir el comportamiento problemático.

4. Evitar que el comportamiento oposicionista escale.