Conductas disociales en niños y adolescentes en etapa escolar
La niñez y la adolescencia son fases de crecimiento y definición de la identidad, están inmersos en esta evolución que ocasionalmente los niños y adolescente poseen comportamientos que no son los más adecuados, y que intentan cuestionar, o saltarse las reglas y pueden ser capaces de meterse en líos. Estos comportamientos suelen ser normales dentro de su desarrollo en el cual este se halla, no obstante, en algunas situaciones, dichas conductas exceden los límites, que son exageradamente graves y se tornan en una dificultad para la familia, los docentes y el entorno. En el momento en que esto acontece decimos que estamos ante un TD (trastorno disocial).
La conducta se utiliza como medida de la personalidad humana de tal forma que, en gran parte, somos lo que hacemos. Si la conducta comienza a ser desviada, sobrepasa los límites de la normalidad establecidos para vivir o convivir en sociedad y afecta al ámbito personal, familiar y social del individuo, estaremos hablando ya de un trastorno conductual que puede derivar en edades posteriores en trastornos de personalidad, en cuanto patrones conductuales e interacciones interpersonales permanentes en los primeros años de la etapa adulta y con escasa probabilidad de cambio a lo largo de la vida (Oldham, Skodol y Bender, 2007). Los problemas de conducta son para Hill (2003), independientemente de las circunstancias sociales o familiares asociadas, predictores de una personalidad antisocial, aunque sólo en el 50% de los casos, de ahí la importancia y justificación de una intervención precoz.
La prevalencia de los desórdenes comportamentales ha aumentado preocupantemente en la última década debido a las transformaciones sociales, culturales y educativas que estamos experimentando. Abordar la conducta problemática de los niños y jóvenes en el contexto escolar y la familia, es importante para realizar un diagnóstico lo más preciso posible (contrastable y discutible entre los diversos profesionales que se embarcan en el tratamiento del menor) ahondando en las posibles causas de tales desórdenes. Estos factores constituyen un riesgo para el desarrollo de ciertas conductas que se alejan o desvían de los parámetros considerados normales (Moreno, 2000). Este conocimiento ayudará sobremanera al diagnóstico de la problemática y guiará los posibles tratamientos a llevar a cabo con el menor.
TRASTORNOS DISOCIALES
El trastorno de conducta disocial constituye, según el DSM-5 y el CIE-10, “un patrón de conducta repetido y persistente en el que se transgreden los derechos básicos de los demás, así como las principales normas sociales propias de la edad”.
Los trastornos disóciales cabe entenderlos como aquellos patrones conductuales a partir de los cuales el sujeto viola de forma persistente y permanente en el tiempo los derechos básicos de otras personas o transgrede normas sociales adecuadas para su edad (Angulo et al, 2008; APA, 2002; Obrero, 2009). La prevalencia de este trastorno se sitúa entre el 2 y el 10% en la población femenina y en porcentajes mayores entre los hombres (6-16%) (Félix, 2007). Aunque en ocasiones puede confundirse con conductas disruptivas o conflictos puntuales en los centros educativos, es el trastorno que en mayor medida se manifiesta en las aulas.
Esta clase de trastorno disocial (TD) en niños acarea una serie de características como: sufren problemas de bajo rendimiento académico, también se puede agrupar a problemas de autoestima y autocontrol; este tipo de conductas suele ser más severo en niños que en niñas.
Según el DSM-V los criterios diagnósticos o síntomas comunes manifiestos de este trastorno son cuatro:
• Agresión a personas y animales
— El sujeto suele amenazar o intimidar a otras personas (de forma verbal o haciendo uso de algún objeto tal como pistola, bate, ladrillo o cualquier otro que pueda causar daño físico a la víctima).
— Se inicia en peleas.
— Manifiesta una conducta cruel hacia personas o animales.
— Ha forzado a alguien a mantener con él relaciones sexuales.
• Destrucción de la propiedad ajena
— De forma claramente intencional y deliberada: destruye las propiedades de otras personas.
• Robo
— Comete hurtos en el propio hogar o en la propiedad de otras personas enfrentándose y causando daño a la víctima.
— Miente para obtener algún beneficio o favor.
•Violación grave de las normas sociales
— No es capaz de asumir las normas sociales básicas de convivencia.
— Se escapa del hogar y no regresa a éste durante un tiempo.
— Se abstiene de forma periódica de asistir a clase.
Los factores que influyen en su presentación y evolución del TD pueden ser de tipo:
- Parentales
- Socioculturales
- Ambientales
- Psicológicos
- Neuropsicológicos
Para ayudar al niño o adolescente a mejorar el TD sería recomendable:
— Si tienes duda consulta con un especialista el TD es un trastorno grave que necesita tratamiento especializado
— Refuerce lo bueno
— (Resiliencia); permitir la adquisición de habilidades sociales y desarrolle la empatía.
— Analiza tu manera de actuar y sirve de ejemplo
— Establece normas claras y consensuadas y que se cumplan.